Hernán Hochschild:
“El diálogo es el camino de la convivencia, el respeto y la colaboración”
El diálogo es el mejor mecanismo para promover unas mejores condiciones de vida y de trabajo, así como la justicia social según la OIT. Por eso ¿Cómo podemos promover más diálogo en el país? Te invitamos a conocer el proyecto: Tenemos que Hablar de Chile, de la mano Hernán Hochschild, quién el Director Ejecutivo.
Hernán Hochschild, es ingeniero civil con un máster en Filosofía y estudiante de doctorado en Ciencias de la Computación. Fue director de Elige Educar y profesor de educación secundaria. Actualmente dirige una plataforma de diálogo e incidencia ciudadana: Tenemos que Hablar de Chile, que ha sido impulsada en conjunto por la Universidad de Chile y la Universidad Católica.
El proyecto busca promover la cohesión y la construcción de una hoja de ruta para definir el futuro del país. La información sistematizada es entregada a la opinión pública, las autoridades, representantes, parlamentarios y otros actores para aportar en la toma de decisiones y ayudar a incidir en la generación de políticas públicas.
¿Por qué el diálogo es importante?
Porque es el camino de la convivencia, el respeto y la colaboración. En las sociedades complejas hay dos problemas profundos con la falta de diálogo. Por una parte, la polarización y el rechazo total de las diferencias con otros, destruyen las sociedades. Por otra parte, la falta de apertura a escuchar y aprender de otros produce muy malas respuestas a los problemas complejos que vivimos. El diálogo es poner en valor nuestras diferencias. Su ausencia, es hacer de la diferencia un problema inviable.
¿Cómo desarrollar más diálogo al interior de las empresas?
Primero, partir por no confundirlo con la negociación. Son dos cosas distintas. Ambas necesarias en la empresa. Pero si la única relación dentro de la empresa es la negociación, entonces no tenemos una empresa que podamos entender como una organización. El diálogo es escuchar, darse a entender y buscar entender, es poner en valor el otro punto de vista. No es necesariamente llegar a acuerdos. Y puede llevar a mejores negociaciones. Para desarrollar más diálogo, quienes lideran, deben abrirse a escuchar y aprender con otros. Eso no siempre asegura que se logre, pero es un primer paso. No es eliminar los roles de liderazgo, si no que enriquecerlos. El diálogo es difícil, a veces implica escuchar lo que no queremos. El diálogo no es un debate. No se trata de quién tiene la razón. Se trata de comprender y producir encuentro. Es una disposición clave para la innovación.
¿Cuáles son los beneficios del diálogo?
Colaboración, cohesión e innovación. En la medida que es un continuo, y que hacemos del diálogo la práctica. Ojo que el diálogo no es ausencia de conflicto. No es, dejemos nuestras diferencias de lado. Es hagamos con ellas, un algo mejor.
¿Por qué es importante generar diálogo entre la empresa y los sindicatos?
Porque el tiempo de la negociación ya está fijado. Y lo que falta es construir un diálogo continuo que haga que sindicato y empresa no sean entes solo reducidos a la negociación. Pueden ser una fuente de mejora constante del negocio. Para ello abrir las preguntas más allá de la negociación específica de condiciones, a preguntas sobre el país, sobre el futuro, sobre el presente, sobre la mejora, sobre el trato, sobre el trabajo, son clave. Las mejores empresas son las que tienen una organización sostenible y productiva, eso se construye con mucho diálogo.
¿Es el diálogo un medio para tener empresas más productivas y mejores climas de trabajo?
Puede serlo. Un buen diálogo no siempre está asegurado. Es como el huevo o la gallina. Qué va primero. En un buen clima empresarial, probablemente el diálogo se encamina mucho mejor. Pero sin espacios de diálogo, difícilmente podemos tener un buen clima. Por eso conversar, escuchar, entender e idear, desde la conversación constante son claves, pero claves que se hacen parte de un todo. Esto no es una bala de plata: 10 minutos y estamos.
Desde su mirada ¿Cuáles son los desafíos del diálogo en nuestro país?
Quizás lo más importante es entender qué es el diálogo y qué no es. En especial por parte del mundo político. Algunos instalaron que la ciudadanía estaba polarizada, que a las personas en Chile no nos gustan los acuerdos. Y la verdad es que es al revés. Se quiere más cocina política. Pero cocina con las personas y para las personas. Necesitamos más políticos atrevidos a hacer puentes, con la ciudadanía y entre ellos.
¿Cuál ha sido el papel del diálogo social y de los interlocutores sociales en la gestión de la crisis sanitaria?
Como en todo orden de cosas, de luces y sombras. Pero a la base creo que está la falta de confianza. A veces desde las autoridades a las personas. O de las personas a las autoridades, o entre las personas. En Chile es común generalizar y cuando sumamos a eso la desconfianza, hace que el diálogo no ocurra. Podemos hablar o hacer como escuchamos o hacer como que hacemos caso, o hacer como que mandamos. Pero nada de eso pasa en verdad. Falta mucho diálogo. El mayor de los dramas es que no hemos abierto las escuelas. Miles de estudiantes no han tenido acceso a educación. Y eso ha sido por falta de diálogo.