Liderazgo para ser buen dirigente

Una de las habilidades clave para ser un dirigente sindical exitoso es poder influir positivamente sobre otros a través de un liderazgo reconocido, basado en competencias y de compromiso con la sociedad.


La Fundación Carlos Vial Espantoso en conjunto con la Escuela de Administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile tienen a cargo el Diplomado en Liderazgo Laboral. Un diplomado que ha sido diseñado desde la evidencia, el conocimiento académico y la experiencia de más de dieciocho años estudiando, evaluando y reconociendo empresas que se distinguen por la búsqueda de relaciones laborales de confianza, de diálogo y de cooperación.

El diplomado permite comprender el entorno económico, social, político y legal en que se desarrolla la actividad empresarial y sindical, conocer las características de los negocios y las empresas, propiciar las relaciones colaborativas entre los empresarios, ejecutivos, dirigentes sindicales y trabajadores, y en la que los participantes podrán incorporar herramientas de gestión, administración, y al mismo tiempo, desarrollar habilidades de liderazgo en las propias organizaciones sindicales y la dirección de las bases generando impactos positivos dentro de sus organizaciones.

La semana pasada compartimos con un grupo de sindicalistas, líderes y administradores que están realizando actualmente el Diplomado el Liderazgo Laboral en Santiago. La clase abordó el tema de liderazgo laboral y estuvo a cargo del profesor Juan Eduardo Cortés, quien actualmente se desempeña como Subdirector de Extensión, Comunicaciones y Servicios de la Escuela de Psicología UC y es experto en temas de Recursos Humanos, coaching y liderazgo.

El liderazgo es una cualidad valorada y necesaria en los entornos laborales y que se construye día a día por quienes lo ejercen. Es la capacidad de influir para lograr propósitos significativos con la participación y compromiso de otros. Este fue uno de los grandes acuerdos a los que llegaron aproximadamente los 48 alumnos que asistieron a la clase.

Desde los últimos años, todo lo que nos rodea ha sufrido grandes cambios. El liderazgo no escapa de esa realidad; hoy en día demanda otras necesidades. En la actualidad no basta que un líder cumpla con ciertas virtudes que lo guíen en la buena toma de decisiones, el líder de estos tiempos tiene que adaptarse a los cambios, aprender con agilidad, tener buenas relaciones interpersonales, y sobretodo, poseer habilidades blandas como la humildad, empatía y cercanía, con el fin de mantener buenas relaciones interpersonales así lo señaló Cortés.

Un líder es capaz de generar espacios de comunicación e integración, permitiendo a los miembros de la organización desarrollar sus potencialidades para el logro de objetivos comunes. Por otro lado, es necesario que tenga la capacidad de influir sobre otros, la que se sostiene en la credibilidad y el saber escuchar.

Por su parte, María Isabel Vial, Presidenta Ejecutiva de la Fundación Carlos Vial Espantoso resaltó que el liderazgo consiste en una forma de ser; el líder se va formando día a día. Por eso aseveró que es necesario más que tener habilidades, contar con preparación y capacitación. “Hay que formarse continuamente para estar al día con la innovación, retos y estrategias para el buen desempeño de sus funciones en beneficio de todos los miembros de la empresa”.

Para el profesor Cortés una de las estrategias clave es la capacidad de influir sobre otros, y eso se sostiene en la credibilidad y el saber escuchar. Hay una nueva realidad en el liderazgo y por eso los líderes deben estar a la vanguardia. Las empresas están expuestas a nuevas realidades: las crisis y los cambios son permanentes; las organizaciones son cada vez más planas y transversales; se requiere más trabajo en equipo; el talento humano se hace cada vez más competitivo; y hay una mayor presión por la producción, eficiencia y rentabilidad.

En el contexto sindical, un dirigente que ejerce un liderazgo efectivo es aquél que cumple su función desde el conocimiento, que mantiene una agenda de transparencia y comunicación con sus bases, y que se forma continuamente para representar a quienes confiaron en su rol.


¿Cuáles son los desafíos de liderazgo para los dirigentes sindicales?

Planteamos esta interrogante a José Salinas Toledo Presidente Federación Trabajadores Unidos en Paris CENCOSUD; Patricia Elvira Nazer Ibacache, Vice Presidente de UNT Central Sindical de Laboratorio Chile y Pedro Neira Sáez quien es encargado de Comunicaciones de la Federación de Sindicatos Banco Santander de Chile, ellos actualmente se desempeñan como dirigentes sindicales y compartieron su opinión sobre los desafíos que encuentran como dirigentes en el mundo de las relaciones laborales. 

 

José Salinas Toledo

Presidente Federación Trabajadores Unidos Paris
Paris CENCOSUD

“Desde mi punto de vista uno de los grandes desafíos para los dirigentes sindicales es –estar- a la altura del dinamismo de los avances tecnológicos y de sus implicancias en el mundo del trabajo, así como también mejorar día a día sus competencias individuales, dando a la formación académica y formativa una real importancia para poder construir con bases sólidas el rumbo de sus organizaciones, así como también en la relación con la empresa y su entorno.

Hay que posicionar al dirigente como un actor relevante en los cambios que generen una mejor calidad de vida para sus asociados e incidir en futuras mejoras a los trabajadores del país equilibrando la productividad, con una retribución que acorte las brechas de la desigualdad y que en un futuro seamos ese país desarrollado, justo y productivo”.

 

Patricia Elvira Nazer Ibacache

Vice Presidente de UNT Central Sindical
Laboratorio Chile

“El primer desafío y el más relevante ha sido el ser mujer. El sindicalismo es un ámbito de relaciones donde aún se nota la carencia de liderazgos femeninos. La dinámica de funcionamiento hace muy difícil compatibilizar los múltiples roles de la mujer (trabajo y familia principalmente) con las exigencias del liderazgo sindical.

El segundo desafío, pero no menos importante es el lograr “humanizar” las relaciones interpersonales. Me refiero a que cuando se participa en instancias de diálogo o discusión de ideas hay que lograr bajarles el perfil a los planteamientos ideológicos y centrarse en lo real y práctico de las situaciones a resolver.

Y el tercer desafío es tener una constante formación.  Hay que mantenerse al día con las informaciones y conocimientos, son necesarios para realizar una gestión eficaz. En esta vorágine de información que son las redes sociales, es fácil desorientarse y perder de vista lo real”.

Pedro Neira Sáez

Encargado de comunicaciones, Federación de Sindicatos
Banco Santander de Chile

“En estos días leí al vicepresidente de Recursos Humanos de Google, Laszlo Bock, donde señaló que ‘reconocer a una persona líder en una entrevista es casi imposible de averiguar, como también lo es el evaluar habilidades de liderazgo’.

Bock señaló que es necesario establecer evaluaciones internas con frecuencia para que sean los subordinados los que valoren las habilidades de los jefes. Los desafíos del liderazgo sindical los atribuyo a la forma que tengo de ver la vida. Debemos ejercer liderazgos sencillos, pero no menos exigentes.

¿Por qué sencillos? El que vota por nosotros nos elige para representarlo y nos evalúa día a día, año a año. Nuestra misión la he denominado -estar-, que quiere decir, -estar- en visitas permanentes en los lugares de trabajo, -estar-  disponibles a la hora de su llamado, -estar- en gestión permanente tanto al interior de la empresa como hacia el exterior. Todo ello bajo la premisa de “hablar claro”.

¿Por qué exigentes? Esto nos lleva directamente a nuestros desafíos. Acá debemos “ocuparnos”. Prepararnos de forma constante para entender nuestros propios fines, como también, conocer la empresa y su entorno. El dirigente tiene que leer el mercado laboral y su desarrollo, el cual ha revelado una nueva forma de trabajar y no podemos estar ajenos a ello.

Hay que ser visionario y pensar en la empresa y el futuro. Hoy no bastan los convenios colectivos, sino los beneficios sindicales que permitan un abanico opciones, donde la empleabilidad debe ser nuestro eje. Si la sociedad ha elevado los estándares mínimos, nuestra idea fuerza debe ser; “ser y hacer”.

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