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La nueva relación con los trabajadores
La incertidumbre, el miedo a enfermarse y la emergencia sanitaria misma motivaron a las empresas a impulsar medidas que promueven el bienestar laboral de sus trabajadores
Por Francisca Orellana
Vía Diario Financiero
Si bien la pandemia ha generado incertidumbre económica, desempleo y otras problemáticas, lo cierto es que también ha tenido un aspecto positivo: como nunca, ha sido un período fructífero para impulsar una serie de prácticas empresariales para contener a los trabajadores y mejorar así el clima laboral. La emergencia sanitaria, la incertidumbre sobre la situación global, las cuarentenas, el temor a enfermarse o a perder el trabajo, presentaron un desafío sin precedentes para las empresas, que buscaron diferentes soluciones para poder seguir funcionando sin tantas alteraciones. “En ese sentido, vimos cómo se desarrollaron rápidamente estrategias de teletrabajo, se aplicaron herramientas tecnológicas, se desarrollaron comités de emergencia donde se escuchaban activamente las inquietudes de todos y se trabajaba por generar una solución”, comenta Camila Fernández, directora de Proyectos de la Fundación Carlos Vial Espantoso, destacando que este escenario ha permitido poner a las personas al centro de las preocupaciones.
Coincide Juan Eduardo Gorigoitía, Senior Manager de People & Organization de PwC Chile, respecto a que el mayor esfuerzo estuvo en la flexibilidad laboral, ya sea apoyando el trabajo híbrido, adecuación requerimientos de contratación o la diversidad de formas en que las personas se vinculan con sus trabajos. Viendo este escenario, es que, en 2020, la Fundación Carlos Vial Espantoso reorientó su tradicional Premio para relevar las mejores prácticas laborales que se implementaron en la pandemia. “Fueron más de 100 empresas las que postularon y que pudimos evaluar. Todas estaban haciendo esfuerzos por entregar mejores condiciones a sus trabajadores. Se abordaron temas que se habían venido discutiendo hace tiempo, pero que no habían sido realmente atendidos y su desarrollo se vio favorecido por la pandemia”, indica Fernández. Gorigoitía agrega que se ha fortalecido la cultura organizacional. “Apreciamos muy buenas prácticas en la medición de experiencia de empleados y clima mediante instrumentos rápidos (termómetros) que permitieron identificar y mitigar riesgos en forma ágil y oportuna”. También hay mayor interés por revisar sus dotaciones y automatizar procesos operativos para disminuir el tiempo a tareas que no agregan valor y fortalecer las capacidades de las personas hacia las actividades que sí lo hacen.
El trabajador al centro
Durante la pandemia, “apareció una preocupación -rara vez vista antes- por la salud mental de los trabajadores, por su situación personal y familiar, por cómo estas personas podían conjugar las exigencias del trabajo con las que aparecían en la casa. Se hicieron catastros para saber quiénes tenían niños o adultos mayores a cargo, y quedó en evidencia -en muchos casos- cómo las mujeres recibían la mayor parte de esta carga”, indica Fernández. Catalina Hurtado, directora de Recursos Humanos de Adecco Chile, explica que, en particular, han promovido la flexibilidad laboral para lograr un equilibrio entre vida laboral y personal. Prohíben mandar mensajes más allá de las 20 horas, activando una alarma recordatoria en los correos electrónicos. “Los trabajadores son libres de trabajar en los horarios que decidan, pero buscamos potenciar y respetar el horario de descanso y desconexión de forma colectiva”. Establecieron la salida a las 15 horas los días viernes, junto a la compra y envío a las casas de sillas ergonómicas, entre otros. “Nuestra última encuesta de clima, que hacemos cada tres meses, tuvo muy buenos resultados, lo que nos demuestra que estas acciones han sido muy bien recibidas”, asegura. En CCU, en tanto, activaron Teledoc, una plataforma de asistencia de telemedicina para trabajadores y sus familias. Gabriela Ugalde, gerente corporativo de Recursos Humanos en la empresa, comenta que implementaron el trabajo híbrido para los cargos que lo permitan, con una asistencia presencial de 50% por equipos. Entre las medidas de salud mental, siguen fortaleciendo acciones como talleres y webinars para “poner en común un lenguaje asociado al bienestar emocional, que promueve el autoconocimiento y el autocuidado”, proveyendo también servicios de apoyo psicológico y psiquiátrico si se requieren. Desafío: permanecer en el tiempo “Los límites entre el trabajo y la vida personal de la gente se están desdibujando. En tiempos de crisis, las necesidades de las personas requieren una atención aún mayor. La salud mental, el tiempo para la actividad física y las necesidades relacionales se intensifican cuando las personas están en aislamiento relativo”, destaca Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Chile. Fernández agrega que, si bien la pandemia se ha mostrado también como una oportunidad para acelerar cambios positivos, el desafío está en mantener en el tiempo los beneficios que surgieron, “y proyectar de manera sostenible esta nueva relación que se genera al interior. La flexibilidad, la resiliencia y capacidad de anticipación que mostraron las empresas en este tiempo es algo sumamente valorable y que esperamos se mantenga, y más aún, sea algo que adopten más empresas hasta llegar a ser el estándar con respecto a las relaciones laborales”.
Cómo influye el bienestar laboral en los ingresos de las empresas
Las nuevas prácticas empresariales conllevan una serie de beneficios no solo para los trabajadores, sino también para la misma compañía. Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Chile, explica que un estudio reciente de la firma mostró que, incluso en tiempos de crisis, las compañías que se preocupan del bienestar de sus empleados pueden ver un crecimiento de sus ingresos del 5%, en momentos en que se prevé que los ingresos de las empresas a nivel mundial caerán un 4,7% este año: “En tiempos económicos estables, las organizaciones podían alcanzar incluso un crecimiento de dos dígitos en sus ingresos con políticas de bienestar para sus empleados”. Es por ello que también la preocupación de las empresas en este sentido ha crecido. “Antes de la crisis, solo el 35% de los ejecutivos C-Level (jefes o líderes de equipo) a nivel mundial se sentía responsable de que su gente estuviera mejor y en solo seis meses saltó a 50%. El caso de Chile no es diferente, las organizaciones comprenden hoy que el bienestar de sus colaboradores es clave para el éxito de sus negocios”, detalla.