La automatización y el trabajo futuro

Se avecina un gran cambio para Chile: los políticos, los sindicatos y las empresas deben trabajar juntos para garantizar que la automatización tenga un impacto positivo que beneficie a todos los trabajadores.

En lugar de ser una amenaza, la incorporación de la tecnología en el mercado laboral representa una gran oportunidad para potenciar el desarrollo económico del país. A esta conclusión llegaron los expertos, Andrea Tokman, economista; Fernando Arab, subsecretario del trabajo; Francisco Díaz, ex subsecretario del trabajo; Arturo Martínez, presidente de la central de trabajadores de Chile y Alfonso Swett, presidente de la confederación de la producción y del comercio en el conversatorio: Mercado Laboral Hoy ¿Avanza o Retrocede? Organizado por la Fundación Carlos Vial Espantoso en conjunto con Diario Financiero y la Pontificia Universidad Católica de Chile el pasado 11 de junio en el auditorio del MBA UC.

Nuevas formas de trabajo están surgiendo, robots se están incorporando en puestos de trabajo, la inteligencia artificial se está expandiendo, pero ¿se está haciendo lo suficiente para hacer frente a esta realidad que ya se está instalando en nuestro país? Los esfuerzos están dados, pero ¿son suficientes?

Andrea Tokman, explicó durante su presentación que el mercado laboral está en constante cambio y que eso afecta a los trabajadores, a las empresas y al Estado, dijo “la tecnológico está cambiando la dinámica laboral y para hacer frente a esos cambios hay que asumir responsabilidades desde todos los sectores para que esa transformación tecnológica pueda beneficiar a todos y no sea una amenaza sino una oportunidad”.

El mundo del trabajo sin duda ha ido cambiando en forma significativa, cada día son más los empleos sustituidos por máquinas, nuevas tecnologías reemplazando a trabajadores, Tokman explica que es normal sentirse afectado e interpelado por esta realidad e indicó que “Chile es un país de alto riesgo de reemplazo. Las funciones laborales tienen una alta amenaza de ser realizada por máquinas” pero alienta con esperanza que a través de la historia siempre ha dominado el efecto creación, razón por la cual opina que van a surgir nuevos empleos: funciones y ocupaciones, dijo que el llamado es “hacernos cargo de los efectos de la transición para que no se produzcan efectos estructurales”.

Más tarde aseveró que hay que hacer frente a la transición a tiempo. “Tenemos que ocuparnos y cumplir con que el progreso que trae el avance tecnológico sea un progreso para todos. La transformación tecnológica es rápida, por eso las políticas públicas, nuestras empresas y nosotros mismos tenemos que ser ágiles en cómo nos transformamos y adaptamos, por ejemplo, capacitando y reasignando en otras funciones”.  También dijo que la ciencia determina parte de la evolución, pero las políticas públicas, privadas y personales determinan el efecto final.

“La ciencia determina parte de la evolución, pero las políticas públicas, privadas y personales determinan el efecto final”

Por su parte, Fernando Arab señaló que efectivamente las tecnologías transforman la naturaleza del trabajo y el lugar de trabajo en sí. “Las máquinas podrán realizar más tareas realizadas por los humanos, complementar el trabajo que realizan los humanos e incluso realizar algunas tareas que van más allá de lo que los humanos pueden hacer, pero las habilidades socioemocionales son irremplazables” y puntualizó que efectivamente algunas ocupaciones disminuirán, otras crecerán y muchas más cambiarán.

Francisco Díaz mostró preocupación con el tema del subempleo, dijo que a raíz de la incorporación de nuevas tecnologías éstos han aumentado “no sabemos con precisión lo que va a pasar con el subempleo, sabemos que cada día están creciendo y hay que tomar acciones porque es un gran grupo que no tiene la protección que genera un empleo dependiente, como por ejemplo la seguridad social”. Coincidió con Tokman al señalar que las políticas públicas, las empresas y el Estado tienen gran responsabilidad ante los efectos de la tecnología y señaló, como consejo que “se debe tener humildad a la hora de evaluar desde el punto de vista empírico, académico y metodológico lo que está pasando, dejando los dogmas a un lado para llegar acuerdo que beneficien a todos los ciudadanos”.

Los distintos actores no pueden simplemente quedarse a esperar. Si se quiere que el cambio tecnológico beneficie a todos en lugar de ampliar la desigualdad hay comenzar a tomar acciones. Al respecto, Arturo Martínez dijo “hay muchos empleos que van a desaparecer y en este sentido es muy importante capacitar a los trabajadores en otras competencias, para que no sean despedidos sino incorporados en otras ocupaciones”.

Martínez estuvo de acuerdo con Díaz al señalar que una de las grandes dificultades son los empleos independientes, los cuales no tienen seguridad social, al respecto indicó “hay muchos chilenos que están sin seguridad laboral producto del empleo que tienen. Hay que buscar la manera de darle solución a este gran grupo” que dijo “no es menor”.

Desde el mundo empresarial, estuvo presente Alfonso Swett, quien dijo que una de las cosas que más le preocupa es la brecha salarial que hay en el mercado laboral, dijo “el gran problema es que los trabajadores ingresan a un empleo ganando sueldo mínimo y no les aumenta” a lo que señaló que el alto índice de rotación y las fuentes alternas de empleo se deben a ese factor.

Más tarde Swett precisó que según informe de la OCDE sobre trabajo futuro, un 16% de los trabajos actuales no van a existir y el 32% van a tener una transformación por lo que señaló que la “buena” capacitación es clave en el proceso, a lo preguntó: ¿no convendrá unir el concepto de capacitación a reconversión laboral? ¿Vale la pena unir las agendas de capacitación y educación? ¿Cuál es la frustración que está teniendo nuestros jóvenes que culminan una profesión y terminan trabajando de Uber? ¿Estamos uniendo lo que estamos enseñando con lo que vamos a trabajar? Swett finalizó su intervención diciendo que “antes de representar intereses debemos construir una sociedad, si no entonces vamos a aumentar la brecha de desconfianza”.

La sociedad tendrá que lidiar con transiciones y dislocaciones significativas de la fuerza laboral. Los trabajadores deberán adquirir nuevas habilidades y adaptarse a las máquinas cada vez más capaces junto a ellas en el lugar de trabajo.

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