Cooperativas de trabajadores:

El nuevo paradigma que se abre paso en nuestro país para la construcción de empresas más justas

La incorporación de los colaboradores en la propiedad de las empresas no es un tema reciente en Chile, aunque usualmente esto ocurre a través de la participación de altos ejecutivos mediante la adquisición de acciones. 

Recientemente ha surgido una nueva tendencia que ofrece una oportunidad para abordar las relaciones laborales de manera diferente: que los colaboradores participen directamente en la propiedad de la empresa donde desempeñan sus funciones, a través del modelo de cooperativas. Esta tendencia representa un cambio de paradigma que se encuentra alineado con los nuevos tiempos, pues, gracias a estos mecanismos, los colaboradores se ven beneficiados por el crecimiento y el éxito de la compañía de una forma más directa. En efecto, un nuevo modelo de participación se abre paso en Chile y trae consigo innumerables beneficios como el fortalecimiento del lazo entre empresa y colaborador, así como el aumento de la satisfacción con el trabajo.

En este escenario, hoy destacamos el caso de una empresa mediana ubicada en la Región Metropolitana, que fue una de las primeras compañías en incorporar este modelo en su estructura de participación. Los objetivos a la base de esta práctica fueron: 1) repartir de forma más justa el valor que genera la empresa; y 2) procesar de mejor manera las necesidades de los colaboradores. 

Para ello, la empresa creó una Cooperativa donde los dueños donaron un 10% de las acciones a los trabajadores, quienes pasaron, de esta forma, a ser socios de la compañía. La Cooperativa es administrada por la encargada de RR.HH., en conjunto con el trabajador más antiguo y la trabajadora más antigua. A ello se agrega que esta cooperativa, permite procesar necesidades y preocupaciones por parte de los colaboradores, lo que posibilita una comunicación de mayor impacto al interior de la organización. 

Otro aspecto a destacar de esta práctica, es que para que un colaborador se vea beneficiado por ella, tan solo necesita 3 meses de antigüedad en la empresa para tener derecho a ser socio de forma completamente gratuita. Así, cuando las personas son contratadas ya traen incorporado el beneficio, lo que da cuenta de un fuerte compromiso por parte de la empresa.

Dentro de los impactos asociados a esta práctica innovadora, el primero y más evidente es la participación en las utilidades. A ello se agrega un importante aumento en la satisfacción de los colaboradores. Según señalan desde la empresa, este tipo de prácticas entregan la oportunidad a personas de escasos recursos de ser socios y, con ello, acceder a una serie de beneficios que no serían factibles sin este modelo.

El caso antes relatado da cuenta de las nuevas relaciones laborales que están emergiendo en nuestro país. Las que se caracterizan por una relación más equitativa entre los trabajadores y los dueños de la empresa. Sin duda, es una forma más justa de construir relaciones laborales, pues parte del crecimiento y el éxito alcanzado por una organización se sustenta en el trabajo y compromiso diario de todas las personas que la conforman.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la implementación de este tipo de prácticas debe realizarse mediante un acuerdo oportunamente conversado entre las partes. Para ello es fundamental plantear con claridad los posibles riesgos asociados, pues la participación como socio también implica asumir las posibles pérdidas en caso de que existan. Con todo, siempre que se esté en presencia de un fuerte compromiso entre ambas partes, y mientras existan canales de comunicación eficaces y de calidad, este modelo es un excelente referente.