Columna Constitución y trabajo: el punto de partida de nuestra futura convivencia

Diario El Mercurio / Por Andrea Tokman, Andrés Biehl, Ariel Rossel, Cristóbal Huneeus, María Isabel Vial, María José Abud y Zarko Luksic. Todos parte de la Mesa Laboral impulsada por la Fundación Carlos Vial Espantoso.

La configuración del mundo del trabajo tiene una incidencia directa en las oportunidades de progreso de las personas y de la sociedad en su conjunto. Y en este escenario una nueva constitución sí importa: en cada concepto se juega una oportunidad trascendental para generar desde allí normas legales y luego políticas públicas que propendan hacia relaciones laborales virtuosas, que generen beneficios personales y colectivos, prosperidad compartida y cohesión social.

Inspirados por la importancia de este verdadero motor de movilidad social y encuentro, un grupo de profesionales ligados a temas laborales nos reunimos en una mesa de trabajo impulsada por la Fundación Carlos Vial Espantoso para generar y compartir una propuesta al anteproyecto que discute hoy el Consejo Constitucional, la que también fue presentada en audiencia pública.

Como punto de partida, el texto actual es un paso adelante en materia laboral. Valoramos la consagración del trabajo decente, en tanto mandata al legislador a establecer condiciones laborales dignas, así como también el reconocimiento de la libertad sindical, que agrupa una tríada de derechos a disposición de los trabajadores: sindicalización, negociación colectiva y huelga. Dichos instrumentos contribuyen a balancear una relación por naturaleza asimétrica, y facilitan el tránsito hacia relaciones laborales más colaborativas, poniendo en el centro el bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad de las empresas.

Es positiva también la protección adicional de los derechos laborales colectivos a través del recurso de protección que contempla el anteproyecto, lo que no existe en la constitución vigente y que sugerimos resguardar en las discusiones próximas.

Asimismo, hay ciertas ausencias que proponemos revisar.

La redacción de un nuevo pacto social es una oportunidad para propender hacia un principio que nos parece fundamental: la colaboración como valor orientador de las relaciones laborales, la economía y la sociedad en general, superando la visión clásica de individuos que persiguen solo sus propios intereses. Existe abundante evidencia de que la colaboración mejora la productividad de las empresas y las relaciones humanas, contribuyendo a superar trincheras y luchas de poder que inmovilizan y dilatan los necesarios acuerdos. Entendiendo que los desafíos futuros del mundo del trabajo requerirán de amplios consensos, se propone revalorizar el diálogo como punto de encuentro al interior de las empresas a través de la promoción de instancias de diálogo permanentes y sistemáticas.

La necesidad de profundizar los caminos del diálogo y la colaboración es un reto que apela hoy a todos los espacios de la sociedad; y cuyo debilitamiento ha impactado en múltiples ámbitos.   

Una nueva constitución debiera reconocer las deudas que persisten en equidad de género, siendo el mundo del trabajo un espacio protagónico para movilizar esa agenda. Para ello proponemos promover la corresponsabilidad efectiva en las labores de cuidado, con el fin de hacer más equitativo el acceso de las mujeres al mercado laboral y su participación en espacios de decisión, tanto a nivel corporativo como sindical. Sobre estos ámbitos, se propone sumar indicaciones específicas al artículo 16 del anteproyecto.

Con el propósito de promover estabilidad y seguridad jurídica respecto a las relaciones laborales, proponemos agregar la iniciativa exclusiva del Presidente de la República al momento de legislar sobre negociación colectiva. Para que se concrete dentro de la empresa y se enfoque en las necesidades compartidas, la negociación colectiva requiere que las normas que la rijan sean permanentes en el tiempo y que las reglas que la modifiquen sean orgánicas; la iniciativa exclusiva podrá regular y velar por ambos aspectos. 

Estos son algunos puntos de nuestra propuesta, que se funda en la convicción de que el mundo del trabajo no solo es significativo en las trayectorias de vida de las personas, sino que lo es para la sociedad en su conjunto, en tanto es un espacio de encuentro inmejorable de individuos diversos que, en otras circunstancias, tendrían pocas probabilidades de encontrarse. La nueva constitución nos abre la oportunidad de dotar a esa experiencia única- el trabajo- de principios y valores que aspiramos para nuestra convivencia: diálogo, colaboración e inclusión. Aprovechemos esta coyuntura como punto de partida.