Fundación Carlos Vial expone sus propuestas sobre la reducción de jornada a 40 horas en mesa técnica con Ministerio del Trabajo y Previsión Social
Que sea un proceso guiado por el diálogo, que considere adaptabilidad y gradualidad, son algunos de los principales puntos que contiene la propuesta elaborada por la Fundación que lleva más de 20 años construyendo puentes entre trabajadores y empresarios.
En el contexto de la discusión por la implementación de una jornada de 40 horas semanales, nuestra Fundación fue invitada a participar de una de las audiencias de la Mesa Técnica que ha levantado el Ministerio del Trabajo y Previsión social para discutir sobre los alcances del proyecto de ley que hoy se encuentra en el congreso y que ha sido definido como una de las prioridades del gobierno.
Isabel Vial, Presidenta, y Sofía Rivas, Directora Ejecutiva de la Fundación, fueron las encargadas de representar a nuestra organización durante una reunión donde también estuvieron presentes otras entidades como la Central Autónoma de Trabajadores y Trabajadoras (CAT), SOFOFA APROJUNJI, el Sindicato Nacional de Jumbo y el Centro de Estudios e Investigación Libertad y Desarrollo.
Isabel Vial primero destacó el hecho de que la Fundación Carlos Vial Espantoso lleva más de 20 años insistiendo en poner al trabajador en el centro del modelo de negocio, de manera de tener tanto desarrollo de las personas como crecimiento económico, y bajo ese entendido, “reducir la jornada laboral siempre es positivo para quienes trabajan. Creemos que es muy importante elevar los niveles de bienestar de los trabajadores y mejorar la salud mental de estos, para que finalmente tengan una mejor calidad de vida. Y proyectos como 40 horas van en esta línea siempre que sean bien implementados, esto significa diálogo, adaptabilidad y/o flexibilidad y gradualidad”.
Habló también de la importancia de poner conciliar la vida personal y laboral, y que en contraste a los otros países de la OECD, los trabajadores chilenos tienen menos tiempo libre, y que cuando éste aumenta, “es más feliz y eso impacta también positivamente es su actitud al interior de la empresa y en que enfrenta la semana con mayor positividad, generando así mayor productividad y un mejor clima laboral”.
Por último, destacó la importancia de generar instancias para generar diálogo entre los distintos actores involucrados en el mundo laboral. “Es importante conversar con los trabajadores, los sindicatos, los ejecutivos, los gremios y empresas de distintos rubros y tamaños. El diálogo puede fácilmente existir tanto a nivel país como al interior de las empresas, pero debe ser un diálogo real. De nada sirve que sea letra muerta”.
Adaptabilidad y gradualidad
Sofía Rivas continuó la presentación hablando de lo importante de que el proceso considere las realidades de cada empresa e industria, que en muchas oportunidades son muy diferentes entre ellas y no serían aplicables las mismas medidas para cada una.
“La implementación de la reducción a 40 horas tiene que ser una adaptabilidad que no implique precarización para el trabajador. La flexibilidad/adaptabilidad, tanto para trabajadores como para las empresas es una capacidad fundamental hoy en día, sin embargo, nos hemos encontrado con que muchos dirigentes sindicales o trabajadores asocian este término a precarización, está más asociada a horas extra que a una modalidad de trabajo que aporta a la agilidad, la eficiencia y productividad de la organización. En pandemia, gracias al teletrabajo, pudimos ver que aporta también a la conciliación de la vida laboral y personal y por ende una mejor calidad de vida”, explicó.
Puntualizó que también es relevante tener en cuenta los efectos que pueden tener a nivel económico, y que su eventual implementación debiese tenerlos en cuenta para poder minimizar los costos que tendría para las empresas (sobre todo las pequeñas y medianas). “La reducción de 45 a 40 horas, el valor de la hora trabajada aumentaría un 12,5%, lo que representa un costo adicional que podría afectar a las pequeñas y medianas empresas. También podría acarrear la disminución en las remuneraciones de las nuevas contrataciones. El informe de la Comisión Nacional de Productividad que analiza el proyecto de ley, estima una caída en los salarios mensuales reales en el rango de 0.5 a 5.5%, aunque el efecto se matizaría si la reforma se aplica con gradualidad”, enfatizó.
Las propuestas de la Fundación:
- Establecer la duración de la jornada ordinaria de trabajo sobre la base de un sistema de promedio de 40 horas, calculado en un período de referencia mensual como régimen por defecto en el Código del Trabajo, como es el caso de muchos países de los paísesOCDE.También es clave es cómo se organiza la jornada: la jornada no puede ser rígida. Las jornadas debieran ser adaptables a circunstancias específicas que está viviendo la empresa o los trabajadores.
- Importante también es conversar y acordar con los sindicatos el número de horas extra anual a trabajar.
- Otro punto que nos parece muy importante a incluir es que las y los trabajadores afectos a regímenes especiales de duración y distribución de la jornada de trabajo, entre ellos, contratos especiales, jornadas especiales, sistemas de trabajo por turnos y sistemas excepcionales de distribución de jornada de trabajo y descanso autorizados por la Dirección del Trabajo, queden excluidos de la rebaja de jornada y puedan ser pactados con sus respectivos sindicatos. Incluir a otras industrias que se verán afectadas por esta reducción podría ayudar, y sobre todo incluir a las pymes en estas jornadas adaptables.
- ¿Qué pasara con las jornadas extraordinarias que fueron acordadas y autorizadas en el marco de una jornada laboral de 45 horas? Según datos de la Dirección del Trabajo, previo a la pandemia habían alrededor de 21 mil resoluciones vigentes al respecto, que comprenden unos 312 mil trabajadores de distintos sectores y tamaños de empresa que tenían jornadas extraordinarias. Es recomendable que la Dirección del Trabajo prepare una actualización de los procedimientos para autorizar y renovar sistemas excepcionales de distribución de trabajo y descansos. Además, es recomendable que el trabajo sea bien hecho, se converse y se haga de forma ordenada para evitar baja en la empleabilidad.
- También debería existir la posibilidad de ampliar la jornada mensual con acuerdo colectivo de los trabajadores y sindicatos, de acuerdo a funciones o tareas, ya que no necesariamente todos los trabajadores requerirán una mayor jornada.
- Además, como fundación creemos que es muy importante que las empresas y la sociedad en general tenga una mirada orientada a los resultados, no a cumplir con determinadas horas. Y lo esperable es que esos resultados y metas sean compartidos con los trabajadores. Reconociendo así el esfuerzo y aporte de estos.
- Por último, creemos que es importante incluir en el PdL la desconexión digital (que hoy se discute en el Senado) y que ya existe para quienes teletrabajan pero no para quienes trabajan presencial.
- Gradualidad
– Que se lleve a cabo en un período, por ejemplo, de 5 años y con cambios escalonados:
Es decir, que el número de horas que se disminuye por año sea espaciado en el tiempo para que no signifique para las empresas estar haciendo ajustes continuos de turnos y le permita a esta adaptarse a la nueva jornada. Es decir, no una hora por año, sino que un acumulado de cantidad de horas cada ciertos años. Por ejemplo, primero a 43 horas y 3 años después a 40 horas.
– Además la gradualidad es clave para la productividad. Es necesario también invertir en capacitación de los trabajadores y para esto se requiere de tiempo.
– La Comisión Nacional de Productividad (CNP) estima, que con la implementación de la ley se reduciría el crecimiento del PIB anual entre 0.5 y 1.5%, aunque de implementarse con gradualidad, el efecto negativo se atenúa. Por ejemplos como este es clave que se implemente con gradualidad la reducción.
– Por último, en los casos de estudio utilizados por la Comisión Nacional de Productividad para analizar el impacto de la reforma de las 40 horas en la economía (Francia, Portugal y Alemania), se destacan varios elementos que minimizaron los efectos negativos asociados a una disminución en la jornada laboral. De estos países se destaca, entre otras cosas, que la medida se anunció con años de anticipación, dando la opción de que primero la reducción de la jornada fuera pactada de forma voluntaria entre empresas y trabajadores; se otorgaron plazos de transición en función del tamaño de las empresas y el impacto esperado de la medida; como una forma de elevar la productividad y compensar los mayores costos laborales, se promovió la flexibilidad laboral; se permitió la reducción del sobrecosto asociado a las horas extraordinarias; y se entregaron subsidios a las empresas en el periodo de transición.